Se precisa una teoría cooperativa

En mesa redonda sindicalista dicen que no se oponen a ella
Charles Howarth
Propone la distribución de excedentes

Para analizar la realidad del mundo cooperativo se requieren instrumentos desarrollados por la teoría cooperativa, la misma que explica y pronostica hechos relacionados con el cooperativismo. Por consiguiente, es indispensable establecer políticas que permitan alcanzar objetivos predeterminados con arreglo a la doctrina.

La teoría cooperativa da a conocer cómo es el fenómeno cooperativo; cómo se comporta el cooperativista en su condición de productor o consumidor; cómo funciona el mercado cooperativo; cuál es el precio sin fines de lucro; o para quién producen las cooperativas. Además, la teoría cooperativa predice situaciones, conductas y funcionamientos, bajo ciertos supuestos. Luego es positiva.

En cambio, la doctrina cooperativa es normativa, porque propone reglas, preceptos, mandamiento, acerca de cómo debe comportarse el cooperativista, cómo debe formarse el precio, o hacia dónde debe orientarse la producción cooperativa. De la doctrina cooperativa nos ocuparemos en otra oportunidad. Por ahora el tema acuciante es el referido a la teoría cooperativa, dada la necesidad de enrumbar al movimiento cooperativo.

 Una teoría es, más o menos, un modelo de algún aspecto de la realidad exterior. Sirve para comprenderla con facilidad y posibilita prever sucesos. Es un medio expeditivo y apropiado para la explicación o predicción de un hecho.

Gracias a la teoría de la demanda, por ejemplo, se puede afirmar que al aumentar el precio de un producto disminuirá la cantidad demandada, en cualquier lugar del planeta. Es decir, con una teoría es posible predecir los resultados futuros de una situación presente. Sin una teoría, ¿qué validez tendrían las discusiones y acuerdos en un congreso sobre el desarrollo del cooperativismo?

La preocupación egoísta por las cooperativas o engranajes deforma la naturaleza del cooperativismo o sistema. El cual no es un inventario de tantas cooperativas, es un proceso perdurable de horizonte infinito. Por ello es perentorio contar con una teoría que muestre el camino para desarrollarlo permanentemente, pese a los vaivenes del entorno.

El camino es un conjunto de instrumentos teóricos que permiten reconocer las causas y percibir los efectos de una situación. Los hombres desean comprar bienes de consumo a precios módicos, o producir a menores costos, o disfrutar de préstamos oportunos. ¿Qué hacen para alcanzar sus propósitos? La respuesta corresponde a la teoría.

Competencia y solidaridad
Competencia y solidaridad

La teoría de la cooperación global puntualiza su aversión a la competencia (motivador de la decisión lucrativa). Sostiene que cooperar es superior a competir. Y plantea la sustitución de la competencia por la cooperación; el reemplazo de las empresas por las cooperativas, hasta instaurar la república de la solidaridad. Es el sueño rochdaliano auspiciado por muchos franceses.

Otra teoría llamada cibernética considera que el espíritu de cooperación es capaz de suprimir perturbaciones o contrarrestar influencias del sector lucrativo. Los cooperativistas reaccionan de inmediato (cibernéticamente) ante acciones incorrectas. Eso sí, lo correcto lo define un organismo central, con autoridad para proclamar principios y diseñar procedimientos. Es la idea planificadora.

Un tercer enfoque asevera lo siguiente: el hombre económico, el que antepone sus intereses particulares al interés colectivo, jamás servirá para formular una teoría cooperativa. Primero se debe modelar al hombre cooperativo, al que pospone sus intereses individuales en favor del interés social. Recién, entonces, cuando después de su reeducación surja el hombre solidario, será posible construir un cooperativismo legítimo. Es la visión fiduciaria.

Por último, la teoría de la universidad alemana de Münster recusa las anteriores porque se basan -dicen- en la solidaridad, que sólo es posible en épocas difíciles. Una teoría realista, subrayan, toma en cuenta el egoísmo natural de los hombres.

¿Cuál de esas teorías se aplica en el país? Ninguna en especial, todas en general, según el parecer de cada dirigente o asesor. Y lo que es malo, “empleando hipótesis más bien ingeniosas que científicas”. Hasta los grupos extranjeros que dan apoyo económico imponen sus teorías, lo que es peor, porque afectan el crecimiento armónico del cooperativismo nacional. Así es.

Lima, octubre 1991