La educación cooperativa es un proceso de desarrollo de la identidad cooperativa de los asociados. Implica cambios en la conducta, hábitos y actitudes de los directivos, socios y ejecutivos; lo cual es la base fundamental para la generación de los factores de sostenibilidad de una cooperativa, en irrestricto respeto a su esencia y naturaleza, expresados en práctica de sus valores y principios que son ecuménicos.
LA EDUCACIÓN COOPERATIVA alienta y direcciona la conducta y el comportamiento de las personas, en el ejercicio de sus derechos y en el cumplimiento de sus deberes. Contribuye en la forma de solucionar diversos problemas, así como la superación de obstáculo que se presentara en cualquier circunstancia. En el caso nuestro, en la necesidad de rescatar la vigencia del AYNI, la reciprocidad, la solidaridad y la responsabilidad, como guía y derrotero de nuestros actos, especialmente en el desempeño de nuestras funciones en la gestión cooperativa.
La educación cooperativa es formación de personas con pensamiento crítico y reflexivo. Es profundizar el análisis de los conceptos básicos de la doctrina cooperativa, del ayni y la minka como preceptos ancestrales de la reciprocidad, y afianzar el crecimiento y desarrollo prudencial de nuestra cooperativa. Es ostentar y demostrar argumentos sólidos y consistentes en la promoción y defensa del cooperativismo, específicamente en el esfuerzo que venimos desplegando por difundir los nobles propósitos y los beneficios y servicios de nuestra cooperativa. De este modo, contribuir en la construcción de una sociedad justa y fraterna, digna y pacífica.
Mediante la educación o formación cooperativa, profundizamos gradualmente nuestros conocimientos y afirmamos nuestras convicciones sobre las funciones fundamentales de las cooperativas, como instrumentos que suscitan cambios en la sociedad, promoviendo procesos de desarrollo. Es decir, logramos convencernos de que las cooperativas son instrumentos que dan impulso a las transformaciones en las condiciones de vida de los socios y sus comunidades. También la educación cooperativa fortalece las capacidades de autogestión y estimula la más amplia participación de los socios en la gestión cooperativa y la práctica de los principios cooperativos. Igualmente nos exhorta e instiga a asumir retos y desafíos de cualquier dimensión, y aún bajo condiciones y circunstancias adversas.
La eficiencia en la gestión administrativa, económica y financiera, el ejercicio equilibrado de los poderes entre nuestros órganos de gobierno y en la plana gerencial, también tiene que ver con la educación cooperativa.
Como parte del proceso de educación cooperativa, nuestro Comité de Educación, mediante nuestro Instituto de Formación Cooperativa y Ambiental, desarrolla un programa anual de formación y capacitación cooperativa, lo cual contiene cursos y módulos, cuyo contenido está referido a la doctrina cooperativa, la administración cooperativa, finanzas cooperativas, tecnología de los préstamos y otros. Se incluyen los módulos sobre la deontología cooperativa y roles y funciones de los directivos de los diferentes órganos, los cuales son relevantes, puesto que los capacita para el desempeño óptimo y eficiente en sus funciones en la gestión. Todo ello permitió que nuestra cooperativa ya haya logrado ubicarse entre las siete cooperativas más grandes del país, mostrando con prudencia su solvencia asociativa, económica y financiera.
Gracias a la educación cooperativa, también podemos avanzar en la consolidación de los procesos de integración de cooperativas. Estos procesos de integración cooperativa son fundamentales para aspirar a un verdadero movimiento cooperativo en el país. Un movimiento cooperativo que exprese la defensa de los intereses, la autonomía y los derechos del cooperativismo peruano.
Finalmente, confiamos profundamente que la Educación Cooperativa encaminará y fortificará el desarrollo de nuestras capacidades, potencialidades y habilidades de cada uno de nosotros para robustecer nuestras convicciones cooperativas, expresadas en nuestras actitudes y aptitudes; de este modo garantizaremos la sostenibilidad de nuestro proyecto cooperativo LOS ANDES.
Así, la acción cooperativa aportará su granito de arena para hacer posible la transformación de la actual economía de lucro. Por ello, la cooperativa, en acto de proeza, siempre ha destinado parte de sus remanentes para el impulso de la educación cooperativa; pero, además, fiel a sus convicciones, reafirmando que una cooperativa sin educación cooperativa no es cooperativa, creamos el INCOOP, como una entidad especializada en la formación y educación cooperativa.
Víctor Chati Pérez