El cooperativismo avanza

Las cooperativas afrontan dificultades similares a las de cualquier unidad de producción. Las mismas se originan en la globalización, en la gobernabilidad, en la concentración de capitales. La tecnología de punta, los cambios de las técnicas administrativas y las mutaciones en las preferencias de los consumidores, ocasionan problemas que los dirigentes deben resolver democráticamente (un hombre, un voto). Esto hace más difícil la toma de decisiones por el debate.

Además de considerar costos competitivos, las cooperativas deben operar según sus características; gestión democrática, eliminación del lucro, distribución de excedentes y desarrollo de la comunidad. Mejorar la calidad de vida de los socios es una misión. Contribuir al progreso de la colectividad es un mandamiento solidario, todo lo cual, requiere una educación especializada que actualmente va más allá de la eficiencia. Se trata de la “gestión del conocimiento” con miras a fortalecer a las cooperativas en la arena de la competitividad.

El cooperativismo avanza inconteniblemente, desde el 21 de diciembre de 1844. En aquella fecha comenzó sus actividades, en Londres, una cooperativa de consumo que se convirtió en el centro de la historia cooperativista: La “Sociedad de los Justos Pioneros de Rochdale”. Ahora siguen su ejemplo, en Europa 135 mil cooperativas. Satisfacen múltiples necesidades y dan ocupación, con salarios equitativos, a más de dos millones y medio de trabajadores. Amén de generar, indirectamente, empleo a diez millones de hombres y mujeres. Es decir, las cooperativas producen bienes, aseguran empleo, crean renta. Aplican la ecuación: renta igual al consumo más el ahorro. Allanan el consumo y posibilitan el ahorro. Construyen el bienestar. Las cooperativas agrarias (compactas, familiares o de servicios) incorporan al pequeño y mediano agricultor a la economía moderna. Los convierten en agentes económicos Las cooperativas de integración parcelaria (Mondragón-España) rescatan los minifundios inyectándoles productividad. Las de comercialización adquieren insumos a precios alentadores y colocan la producción al alcance del consumidor.

Las cooperativas agrarias abarcan cada vez más el mercado de producción primaria. En los Países Bajos cubren el 83%, tres cuartas partes en Finlandia, mientras que la mitad del mercado Italiano ofrece productos de cooperativas. En otros sectores igualmente el cooperativismo avanza, al 50% de las operaciones de créditos en Francia, a un tercio en Austria y a una quinta parte en Alemania. En el campo sanitario y de fármacos las cooperativas pasan del 25% del mercado en España y del 20% en Bélgica. Los profesionales se organizan en cooperativas de crédito, de servicios múltiples, de trabajo (periodismo, verbigracia) y, sobre todo, de seguridad social.

En muchos países estos profesionales tienen experiencia cooperativista desde la época de sus estudios superiores. En Japón existen cooperativas universitarias. Facilitan a los estudiantes servicios de alimentación, alojamiento, limpieza, textos y asesoría. Con análogos fines funciona una centenaria cooperativa estudiantil en la famosa Universidad de Harvard. Tienen asegurada hasta la vestimenta que los distingue en el mundo capitalista.

En los países desarrollados las cooperativas constituyen el rostro humano del sistema. Por ello hasta la Organización de las Nacionales Unidas les reconoce eficacia para alcanzar la prosperidad y el bienestar. La recomendación 193 de junio del 2002, incluye la promoción de cooperativas para lograr las “Metas de Desarrollo del Milenio de la ONU” erradicar el hambre, superar la pobreza, universalizar la educación, respetar los derechos de la mujer, además de limitar la mortalidad infantil y desarrollar los pueblos sin extinguir el contenido ecológico.

La forma especial de interconexión de las cooperativas, su trato humanizado del trabajo y sus inversiones sin fines de lucro, garantizan un desarrollo incontestable. Confianza, calidad, precios justos, comercialización leal, valor agregado, son algunos de los beneficios del sistema cooperativo, “El cooperativismo permite el desarrollo nacional con inclusión social”, afirma convencida la doctora Alicia Kirchner y promueve la participación cooperativa en proyectos de servicio público: ferrocarriles, gaseoductos, radio televisión y, por supuesto agua, teléfono y energía eléctrica. Argentina se cooperativiza.

En Estados Unidos de Norteamérica sirven 48,000 cooperativas a más de 120 millones de socios. Dos docenas operan, cada una por un monto superior a mil millones de dólares anuales. Se destacan las cooperativas que prestan servicios públicos, como electricidad, a precio de costo a 27 millones de socios. Millares de negocios independientes dedicados a la alimentación, organizados en cooperativas para una economía de escala, ofrecen mejores servicios que las grandes corporaciones. La economía de la necesidad vence a la economía de la escasez o lucrativa. Así es.