China comprende tres regiones. La China del norte (Manchuria y Hoang-Ha) de llanuras inacabables y sembríos de algodón, cebada, sorgo, soya y trigo que, antes, se producían con excedentes; ahora todo se importa. Sus yacimientos de carbón y hierro califican a Manchuria como la mayor productora. La China central (Mongolia interior, Sin-Kiang, Tibet) exhibe mesetas elevadas con extensas estepas y praderas muy heladas en invierno.

La China del sur, cálida y húmeda, es la región de las colinas y de los grandes ríos Yangtse-Kiang (río azul) y el Si-Kiang. China posee enormes recursos minerales: carbón, hierro, metales no ferrosos, petróleo. Y también contaminación (lluvia ácida) por el uso de carbón para generar energía. La emisión de C02 resulta asfixiante. La más grande represa del mundo, con agua del Yangtse- Kiang, resultó una obra catastrófica en la ecología. China (9.559.867 Km2) está poblada por 56 nacionalidades, siendo la más numerosa los Han (92%)
Con el acuerdo bilateral entre China y los Estados Unidos, se derrumbó la muralla de aranceles aduaneros y licencias de importaciones, que el gobierno revolucionario había levantado a fin de impedir la incursión capitalista. Se desactivaron muchos monopolios estatales y se allanó la entrada de la banca privada. La apertura al capitalismo comenzó en el sur: Shanghai, Cantón, Shenzen.
¿Algún partido neoliberal gobierna China? No, el Partido Comunista. Interpreta lo que se decretara en el “Diario del Pueblo”, luego de la muerte de Mao Tse-tung : “El marxismo-leninismo no puede resolver todos los problemas de nuestro tiempo”. Desde 1980 se acepta el mercado en la economía china. El pragmatismo desplaza al dogmatismo. Ciertos hechos se involucraron en el cambio. Al llegar al poder (1 de octubre de 1949) el gran líder dispuso la organización de la agricultura mediante cooperativas. Posteriormente se inclinó por el colectivismo. Ordenó que las 740 mil cooperativas agrarias se fusionaran en sólo 26 mil granjas colectivas. De inmediato recibió informes de superproducciones que lo entusiasmaron.
Planificó, entonces, “El gran salto adelante” dejando de lado los programas gradualistas. Mas las granjas colectivistas fracasaron, la producción cayó abruptamente. Nadie tuvo el valor de decirle al caudillo la verdad, excepto el mariscal Peng Dehuai, quien fue tildado de traidor. Se desató la hambruna. ¿Su costo? Veinte millones de muertos (1959-1962). La situación era tan terrible en 1976, año del fallecimiento de Mao Tse-tung, que los sucesores en el gobierno abdicaron al radicalismo colectivista.

Se garantizó a la inversión extranjera, se recuperó la propiedad privada, el comercio y las finanzas adquirieron rostro capitalista. Las parcelas individuales se multiplicaron, volvieron las cooperativas en el agro. El Fondo Cooperativo Rural inició sus operaciones en 1980, pero sin autorización jurídica. Las Cooperativas de Crédito Rural, con capital estatal mayoritario, funcionaron como dependencias del Banco Agrícola. Ambos nunca fueron suficientes para atender a más de 200 millones de agricultores, quienes se quejan de que los créditos se orientan prioritariamente a la industria y al comercio con fines de lucro.
Los principios cooperativos rochdalianos son cuasi desconocidos por los cooperadores chinos. Claro, cada movimiento cooperativo actúa según la circunstancia de su entorno. Para entenderlos se requiere una mente permeable. Abierta. Igual que los Justos Pioneros de Rochdale. Admirados heterodoxos. Las cooperativas chinas de crédito tienen 50 años de trayectoria. Bien o mal, han sido el apoyo financiero de los agricultores. Y han evitado el desplome de la economía rural.
Representan el 12% del ahorro chino y sus préstamos equivalen al 10% del total concedido en el sector financiero de China. Son más de 40,000 y sus riesgos de morosidad son bajos. Específicamente la producción del algodón es favorecida por el crédito cooperativo, contribuyendo al desarrollo del inmenso país. Seis millones de hectáreas de algodón se cultivan con préstamos cooperativos, sobre todo en la región autónoma de Sin-Kiang.
China carece de una ley general de cooperativas, no obstante, el ministerio de agricultura ha promocionado más de 150 mil cooperativas agrarias. En las últimas décadas China crece aceleradamente, pero también la disparidad entre ricos y pobres. China se globaliza, mas el desencanto de los trabajadores se oculta. Estos aseguran que solamente los sindicatos independientes y las cooperativas autónomas serán garantía de la igualdad, libertad y justicia social. Así es.
Lima, octubre del 2005