Rinden Homenaje a Charles Gide

El cooperativismo es como una religión y tiene 28 apóstoles
Charles Gide

Seguro que “el cooperativismo es una religión, y tiene 28 apóstoles”; cuenta, igualmente, con muchos sacerdotes. Uno de ellos, el más grande hierofante de la cooperación, es el profesor francés Charles Gide (1847-1932), expositor prominente de la teoría económica y preceptor de la moral cooperativista. Infatigable propagador de la abolición del lucro, del precio justo, de la conversión del asalariado, del reinado del consumidor y de la revolución en paz, merece innegablemente la calidad de Maestro de la Doctrina Cooperativa.

Charles Gide, se marchó de París un 12 de marzo, para continuar su prédica en otras dimensiones de paisajes más bellos. Por ello, en este mes de Semana Santa, de muerte y resurrección, le rendimos homenaje. Y lo hacemos meditando sobre siete de sus palabras que, aún, fascinan al transitar de la utopía a la realización.

1. “El objeto de la cooperación es, sin duda, trabajar para uno mismo, pero también para los demás”.

Toda cooperativa tiene un objetivo principal: producir bienes o servicios para satisfacer una necesidad común de los socios. Se aplica así el sentimiento de ayuda mutua forjadoras de grandes obras.

2. “Ahorrar sin esfuerzo, educar económicamente al pueblo, reconstituir una propiedad colectiva, eliminar el lucro, abolir los conflictos”.

He aquí las virtudes del cooperativismo; la fuerza que atrae a hombres y mujeres decididos a construir pacíficamente una sociedad más justa.

3. “La verdadera asociación, la única que merece este nombre, supone la identidad de intereses, la reciprocidad de los servicios prestados, el concurso activo y alegre de las buenas voluntades y el sentimiento de cooperar en una obra que es al mismo tiempo de todos y de cada uno”.Estos son los elementos substanciales de la asociación, sin los cuales no existiría la cooperativa como cualidad institucional.

4. “No es a los cooperadores a quienes corresponde alabar las virtudes de la competencia”.

La competencia implica rivalidad o disputa, extraños al principio de “cooperación entre cooperativas”. Además, el cooperador actúa voluntariamente al lado de otro con el propósito de ayudarlo, nunca con la idea de vencerlo.

Museo
museo rochdaliano

5. “Las cooperativas sirven para crear en la clase obrera los conocimientos y las virtudes sin las cuales jamás conseguirá ocupar en el orden social el puesto a que aspira y a que tiene derecho. He aquí su verdadera función”.

La cooperativa es un centro de enseñanza que instruye con respecto a las ciencias y técnicas. Es cierto, pero también es una escuela de educación que modela conductas capaces de materializar aspiraciones.

6. “Podrán regular la producción (las cooperativas de consumo), evitando la superproducción que a su vez tiene por causa la prosecución del lucro”.

Este pensamiento convierte a Charles Gide, en el precursor de la planificación cooperativa. Solamente la producción sin excesos y la satisfacción sin hartazgo mantienen una economía en equilibrio.

7. “Las cooperativas que han sucumbido no han muerto en vano (….), el verdadero signo de vitalidad no es durar sino renacer”.

La experiencia de los fracasos sirve para orientar a los que, después, retoman el camino hasta alcanzar la victoria. ¡Claro que sí!

Y si alguna vez de la obra humana no queda nada por la soberbia de los políticos, una idea sobrevivirá invicta: la idea de la cooperación para comenzar de nuevo. Así es.

Lima, mayo 2019